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Acoso laboral

9 septiembre 2009

Soy víctima de acoso en el trabajo, o mobbing, que también le dicen. Y voy a patalear un poco.

Según la mitología griega (¡cuánto sabían los griegos!) Hades, rey del inframundo, castigó a Sísifo por escaparse de sus dominios, teniendo que empujar una gran roca ladera arriba (ladera abajo no sería un castigo :)) Al llegar a la cima (o antes, no recuerdo, yo era muy chico), la roca daba la vuelta y rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que volver a empezar de nuevo, eternamente.

Pues me siento igual que Sísifo.
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Durante estos últimos tres o cuatro años, cada tarea, cada trabajo que he realizado en mi empresa es destruido totalmente, sin dejar rastro. Paulatinamente, pese a ser, con diferencia, el trabajador en mi empresa con más formación y experiencia en su trabajo, me están encomendando tareas fútiles, inservibles en la mayoría de los casos. Imaginad con qué ganas me levanto por las mañanas sabiendo que no voy a hacer nada más que empujar la piedra de nuevo.

A menudo te cuestionas si, realmente, estás capacitado para realizar tu trabajo, si no tendrán razón en tu empresa para querer quitarte de enmedio. Incluso, te cuestionas si estás capacitado para realizar cualquier trabajo que requiera un mínimo de responsabilidad. Casi cada día, tienes que hacer un esfuerzo en recordar la labor que desarrollas en alguno de tus clientes, o la que desarrollabas antes de trabajar en el lugar actual (al cual vine, abandonando mi trabajo anterior, porque me prometieron el oro y el moro). He colgado un «poster» en mi despacho con los certificados de algunos de los cursos que he realizado recientemente; lo miro de vez en cuando y pienso que, algún día, sacaré provecho del tiempo, esfuerzo y dinero empleado en mi formación. No soy un lumbreras, pero mi capacitación supera con creces la necesaria para el puesto que ocupo. Podéis ver mi perfil en Linkedin.

Llega el momento que te planteas si no estarás viendo cosas que no son, si estás obsesionado con la idea de que van a por tí. Pero no, tus compañeros se han dado cuenta, incluso bastante antes que tú (siempre pasa). Desgraciadamente, no es una obsesión. Cada vez que surge una nueva responsabilidad hacia mí, ya sabemos todos en que va a acabar, y el oŕaculo nunca falla. Si sale bien, no lo he hecho yo. Si sale mal, soy un patán, aunque el fallo esté en fases del proyecto en las que no he participado.

Finalmente, piensas: «no, hombre, no será así, ¿qué van a conseguir con ésto?». Pues ahora lo tengo claro: que no aguante más, me vaya, y se ahorren la indemnización que me correspondería por el despido. Además, como hay bastante gente (con la que he trabajado directamente) que sí valora mi trabajo, sería políticamente incorrecto despedirme. Supongo.

Cuando oyes algún caso como éste en los medios, no piensas que puede afectar de esta manera (y eso que los hay que están sn situaciones peores que la mía, desgraciadamente). No duermo, estoy perdiendo el apetito, sufro crisis de ansiedad y he envejecido unos pocos años en poco tiempo. Hay que tener en cuenta que la maypría dle tiempo que estamos despiertos ( fuera de la cama, en mi caso) estamos trabajando. Además, me gusta trabajar, soy así de tonto, y estar en una situación donde no se me permite hacerlo me pone de los nervios.

En fin, estoy estudiando la posibilidad de demandar a la empresa por acoso en el trabajo. Lo único que se puede conseguir, según la jurisprudencia actual, es que me pueda ir de la empresa con drecho a indemnización por despido, si el juez reconoce que me voy no porque quiera irme, sino porque no se puede trabajar en estas condiciones y están forzando mi salida. Ésto me permitiría aguantar hasta que pudiese reflotar el negocio que abandoné para venirme a este puesto. Ya sabeis, la hipoteca y esas cosas mundanas.

Ya os contaré como acaba.
Una pequeña introducción:

Trabajo en un colegio profesional, con una estructura laboral (teórica) basada en una junta directiva presidida por su presidente y una serie de departamentos en los cuales trabajamos algo más de una docena de personas y que están organizados (más o menos) por un responsable de departamento. A esta junta, con la mediación de un jefe de personal (jefa, en mi caso), es a la que hay que presentar nuestros méritos, la que decide (siempre teóricamente) nuestros designios.

¿Qué ocurre cuando el responsable de tu departamento es el acosador, con la connivencia del presidente? Pues que tus méritos no llegan nunca a esta junta, pero sí todos los errores achacables a este departamento, y de los cuales, en la mayoría de los casos, ni te enteras.

La primera vez que se apropian de tus méritos piensas: «bueno, no importa, lo habrá echo sin esa intención».

La primera vez que tu trabajo se esfuma, desaparece, te quedas planchado: «¡Joder, qué mala suerte, se ha ido el servidor y lo único que se ha perdido es la página web que he hecho! ¿Dónde está el disco espejo? ¿No se hacen copias diarias?»

La primera vez que tu jefe te increpa públicamente, ante esta junta que (teóricamente) rige tu futuro laboral, llegando a la falta de respeto hacia tí como persona y como trabajador, por algo que sabes que no es tu responsabilidad y, lo que es peor, sabes que tu jefe también lo sabe, … pues no sabes qué pensar.

Poco a poco, te vas dando cuenta de que nada de lo que haces sale a la luz. Cualquier iniciativa que tomes, cualquier tarea llevada a cabo con éxito va a ser presentada indefectiblemente como propia por el encargado de hacerlo. Por el contrario, cualquier error va a ser siempre presentado como tuyo, aunque escape a tus responsabilidades. Tus opiniones nunca son tenidas en cuenta aunque, si el proyecto fracasa precisamente en los puntos en que tú has indicado que hace aguas, la «bronca» te va a caer a tí de igual forma. Frecuentemente me llegan correos del «jefe absoluto» (Hay, o han habido, jefes, pero menos) criticando algo de lo que no tengo conocimientos. O peor, me llegan las críticas sobre proyectos de los que he sido apartado, precisamente por no estar de acuerdo con la política «oficial» del departamento.

Ahora, voy a relacionar algunos hechos. Como es mi diario, pues los pongo. El que quiera, que los lea. El que no, …

En un momento determinado, se estima que el sitio web actual está anticuado, y me encargan la elaboración de uno nuevo. Me pongo a ello, lo termino, … y se lleva tres años «aparcado» esperando, únicamente, el texto para la carta de bienvenida a la página. Tanto, que empiezo a diseñar una nueva más moderna sin haber publicado la anterior. Posteriormente, falla un servidor «misteriosamente» (uno de los discos duros, el que debía salvaguardar la información, ha desaparecido) y la página desaparece. A la semana de empezar a elaborar otra nueva página (la tercera), me entero que mi compañero de departamento la está haciendo él, y que es la que se va a colgar. Como la página es un churro, a los dos días ME llega un mensaje del presidente en el que dice que se siente abochornado por la página que se ha colgado. A día de hoy, sigue publicada. Por cierto, como el nuevo servidor también lo montó él, parece ser que se lió un poco con eso de los permisos, y la página no funcionaba, y tuve que arreglarla yo.

Hay que elaborar una «plataforma», una aplicación web. Como el compañero no tiene ni conocimientos, ni formación, ni experiencia, queda relegado de todas las tareas «rutinarias», que me son encomendadas a mí, y se dedica exclusivamente durante dos años a estudiar cómo se hace. Por lo visto, los profesores de la Universidad de Alcalá de Henares que me dieron el título de «Especialista en Desarrollo de Aoplicaciones Web» (es un curso largo, no es un postgrado, pero es bastante más que nada), textualmente, no saben nada.

Para el acceso a los datos de esta aplicación, se me crea un menú «de administrador», desde el que puedo sacar un listado estandar «para lo que sea». Por ejemplo, cada vez que necesito un listado de unas 30 líneas de texto, he de descargar un documento de 36 páginas, «no sea que estropee la base de datos». Igual que en el párrafo anterior con los profes de la de Alcalá de Henares, pues con la de Salamanca. El titulillo ahora es el de «Administración de Bases de Datos con MySQL».

A pesar de que se me ha asignado la atención a los usuarios de esta aplicación, no tengo ABSOLUTAMENTE nada de documentación técnica, ni acceso al servidor (igual que antes con las bases de datos, pues con «Administración de servidores …»). Ni mucho menos, acceso al código. Sin embargo, cuando hay algún problema, me piden que lo resuelva, a lo que tengo que contestar «es que yo no puedo hacer eso, sólo puede hacerlo mi compañero». Hay gente que me llama el aprendiz, y el que no sabe, porque nunca puedo resolver los fallos. Si escribo dos números de una cifra en dos papelitos, y los guardo en un cajón bajo llave. ¿Sabríais decirme cuánto suman? Hay que veeer, mira que no sabéis ni sumar.

Me llevo unos meses participando en la organización de un congreso, compaginando esta función con la mía propia, la de la secretaria (de baja por maternidad) y parte de las de mi compañero, que está estudiando. El día de la presentación, mientras desayuno, todo peripuesto esperando que me llamen para acudir al lugar del evento, …. Efectivamente. me llaman. Para decirme que el jefe quiere que vaya él (mi compañero) para llevar una documentación urgente. … ¿adivináis quién sale en las fotos, y a quién ven los asistentes (colegiados de todos los colegios de esta profesión en España) como el informático que ha efectuado esta labor? Como diría Forges, sastamente. Posterioremente, me entero que el jefe pidió que fuese «uno de los informáticos», y que la documentación urgente era un folio con una flecha pintada para colgar en una puerta. Encima, la había enviado yo antes por correo. Si es que me caigo de tonto.

Para el citado congreso, se me encarga la elaboración de una página web, para lo cual me dan el extraordinario plazo de TRES DÍAS laborables. El «brief» del que parto es «pon cosas de Sevilla». Hago lo que puedo, y preparo una estructura con algo de información, con drupal, en el plazo previsto. Durante más de un mes, a revientacalderas, voy haciendo lo que puedo, e incluyendo información tipo «busca ésto, redacta las bases legales (¿yo soy abogado? Hmmm), busca las fotos, registra los ficheros en la APD, todo, para que esté colgado mañana» :O Posteriormente, me entero que la página la va a hacer una empresa . Claro está, toda la documentación, desde la primera a la última letra, gráficos, etc., alojamiento en servidores, ftp, etc., lo hago yo, pero eso no cuenta, porque la página la está haciendo «Periqín Comunicaciones» (con mis respetos a la no-citada empresa, que hace el trabajo para el cual fué contratada).

Durante algunos años, he estado trabajando en el diseño de unos carnets profesionales. Por fin, cuando se aprueba el diseño definitivo, este compañero le añade, en letras «chiquititas», el nombre de su aplicación, y lo pasa al proveedor que los va a realizar. Cuando están terminados, veo que los muestra a algunos de los miembros de la junta, entre ellos al jefe de personal y al presidente, diciendo «estoy orgulloso de lo bien que me han salido», con la aquiescencia del presidente, AL CUAL LE HE ESTADO PRESENTANDO PERSONALMENTE TODOS LOS BOCETOS DURANTE TRES AÑOS.

En una reunión de departamento, comento la posibilidad de instalar una red-wifi en una delegación que tenemos, y se me contesta que no es viable, que no es segura, que si patatín, que si patatán. A los pocos días, entro por casualidad en la sala de juntas y me encuentro con una reunión de departamentos entre el jefe, el compañero, y la secretaria del jefe. En el momento de mi aparición, el compañero le está comentando al presidente que ha pensado que podíamos montar una red wifi en la delegación …. El presidente se vuelve, me mira sorprendido y me dice :»¿por qué no has venido a la reunión? A ver si me entero en que estás trabajando porque no se qué estás haciendo nunca». Por supuesto, ni he sido invitado a esta reunión, ni a tantas otras.
El compañero compra los equipos, los instala, configura la red (todo esto es mi trabajo, soy el administrador de sistemas de la empresa), dice a todos que lo ha montado él, y que está muy bien, … y me llaman los compañeros de la delegación que no funciona nada y que vaya a ponerlo en funcionamiento, cosa que hago. Posteriormente, se me reprochará que el compañero está muy ocupado estudiando para aprender a programar webs, y que «por que no me ocupo yo de esas cosas» 😮

Se decide en una reunión con presidencia (a la cual no asisto porque no se me invita) que es necesario renovar la electrónica de red, que está obsoleta (se montó obsoleta, pero el que no sabe, no sabe). «Se compra» (según me entero luego, lo acordamos en una reunión el administrador de sistemas -yo- y el programador -él-) un armario para rack enoooorme, de 48 u., tres cajas para albergar a servidores (300 pavos cada una), dos servidores formato rack que son la caña, a 400 leuros cada uno (de juguete, vaya), un switch, bobinas de cable de «la mejó», conectores, etc. Un pastón. Durante una semana, lo deja todo para jugar a los mecanos, monta el armario, las cajas, etc,. y no se monta nada más porque no llegan los cables de la instalación actual, así que tenemos un armario lleno de luces, con un montón de cajas de servidor vacías, que sirve para tapar una maraña de cables que sale de un agujero en la pared, y un montón de bolsitas con conectores y bobinas de cable en una esquina, esperando que, como a Lázaro, le digan «levántate, y anda». La red, …., pues de puta pena; supersegmentada, mezclando puertos a un giga con hubs a 10 megas, …, un desastre. De vez en cuando, se me dice que «a ver si arreglas ésto que vaya como lo has dejado». Sin comentarios.

Actualmente, sólo me encargan tareas inútiles, pero con la etiqueta de «EXTREMADAMENTE URGENTES, VITALES», que son destruidas en cuanto las termino. Acabo de terminar algo de pioridad absoluta, para lo cual debía dejar de lado cualquier iniciativa ni tarea y, ya me han dicho que, en realidad, ni es urgente, ni sirve para nada. La semana pasada termine algo que me ha llevado mes y pico; al comunicar que había terminado, me dice (el mismo que encargó la tarea), que «no, si no sirve, se va a borrar todo«.

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One Comment
  1. Sonia permalink

    Me solidarizo contigo amigo David…creo que sobran las palabras…yo soy de las que piensan que "a todo cerdo le llega su San Martín"…tarda en llegar, pero llega…te lo digo por experiencia…

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