Vivaldi, la lluvia y el salón limpito
Es época de tradiciones; Almuerzos con los amigos, cenas con la familia, meriendas en centros comerciales, desayunos en casita con jamón y noticias (estoy de vacaciones) …
Pero, además de comer, sigo otras tradiciones navideñas. La primera de todas, a la que no puedo sustraerme, es la de escuchar a Vivaldi cuando llueve. Es caer cuatro gotas, y venirse a mi cabeza la magistral descripción de la tormenta de verano, o la de primavera.
La segunda, limpiar el salón escuchando a Vivaldi, si llueve, y a Lenny Kravitz, si no lo hace. Si pongo otra cosa, como que no me concentro.
Esta mañana, para ser fiel a la tradición, con la que estaba cayendo, saqué la escoba, las bayetas, los cubos, la fregona, …. y Las Cuatro Estaciones. Estaba hasta contento de estar limpiando. Cuando terminó el CD, lo cambié por el Gloria, y luego otro, y otro … Con eso, casi me da por limpiar la cocina, pero supe detenerme a tiempo. En vez de ello, me senté en mi despacho a intentar escribir algo, pero no pude: puse cara de tonto, entré en trance y me quedé con los ojos entrecerrados, pensando en nada, sintiendo las maravillosa voz de pito de Nulla in mundo pax sincera. Los vellos como escarpias.
Así me va, unos por otros y la casa por barrer 😀
Y si te pongo unas sevillanas…no limpias con más salero niño? A mi, si no me pones algo movidito que me suba los biorritmos…queen por ejemplo…o algo que pueda cantar a grito pelao…mecano por ejemplo…pero todavía no se ha hecho la melodía que me haga limpiar contenta…