Saltar al contenido

Necesito oir que me deseas

22 diciembre 2011

Espalda, lápiz y óleo

Un dedo te recorre, siguiendo tu columna hasta tu nuca. Ahora otro, y otro. Y otra vez. Cien veces. Mis manos se abren como alas en tu espalda y escapan hacia las tuyas. Soy la manta que te tapa y te calienta. En tu ombligo, te rodeo, acaricio tu cintura, te giro y te cubro con mi cuerpo. Los brazos abiertos, pecho contra pecho, se enlazan los dedos y los labios. Me abrasas y te abrazo.

Voy mordiendo el camino hasta tu oído; necesito decirte que me tienes. Necesito oir que me deseas.

Acaricio tus mejillas y tu cuello, y te beso. Que no escape tu aliento, que ahora es mío. Miro como tus ojos me miran y no recuerdo si la luz está encendida, o estoy ardiendo en el infierno. Tu luz me baña todo, me ilumina. Te desnudo.

Poco a poco, te estudio y te desnudo y te aprendo; con mis manos; con mis labios; con mi peso. Descubro tu belleza, que me llena. Descubro tu sabor y tu sonido. Me pierdo entre tus muslos y en tu pecho y en tu culo. Los muerdo con mis labios y te encuentro, subiendo por tu cuello, mordiéndote la boca.

Voy mordiendo el camino hasta tu oído; necesito decirte que me tienes. Necesito oir que me deseas.

From → Literatura, Prosa

Deja un comentario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: