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Señores y señoras o señoras y señores: Machismo lingüístico

29 noviembre 2012

Hace unos meses la UNED publicó y distribuyó entre sus alumnos la Guía de lenguaje no sexista.

No soy en absoluto machista, pero la lectura de este documento me ha hecho sentirme así, lingüísticamente. Sin entrar en polémicas sobre las distintas políticas de igualdad que llevan a cabo las administraciones, con las que a veces estoy de acuerdo y a veces no (me parece excesivo y contraproducente la discriminación positiva por cuestión de género y no de valía, por ejemplo), este documento me hace pensar si el celo y los recursos de la Oficina de Igualdad no podrían haberse empleado en otros trabajos, otras guías, o en otras guías, otros trabajos, siguiendo las directrices del citado documento.

Por lo dicho, proclamo:
El plural genérico no es género masculino, sino neutro ¡¡Demos entre todos el lugar que merece lo neutro!!

Ahora, para dar un discurso, tenemos dos opciones:

Se cuenta el número de asistentes, se divide por sexos (mucho, poco o
«lo normal», digoooo masculino o femenino), y se emplea el género adecuado
a la mayoría en el discurso (porque ahora no está bien utilizar el
género masculino/neutro como plural genérico, pero si el número de
asistentas es mayor que el de asistentes, se debe dar el discurso en
femenino).

O bien, utilizamos la siguiente fórmula:

Señores y señoras abogados y abogadas, si son mayoría los primeros o
señoras y señores abogadas y abogados si lo son las segundas. Mis
disculpas para los que no puedan o no quieran englobarse en cualesquiera
de los grupos anteriormente citados o citadas si son mayoría los
primeros, o citadas o citados si lo son las segundas.

Les ruego que, por unos minutos, dejen de devorar los canapés de salmón
y las tartaletas de queso si son mayoría los primeros o las tartaletas
de queso y/o los canapés de salmón si lo son las segundas, como ratas o
ratones si son mayoría las primeros o como ratones y ratas si lo son los
segundos …

Mañana, en segunda sesión, repetiremos el discurso, pero dirigiéndonos
primero a las señoras, tartaletas y ratones, y después a los señores,
canapeses y ratas, para evitar suspicacias, …

La semana que viene, reiteraré este breve discurso, dirigido a los que
no pueden o no quieren englobarse en los grupos anteriormente citados,
citadas (¡Dios, qué cruz!), pero que se sientan mayoritariamente
masculinos. En Octubre repetiré … femeninos …

Suyo/suya afectísimo/afectísima, o suya/suyo afectísimo/afectísima,
según el sexo de la mayoría de mis lectores, lectoras ….

From → Humor, Opinión

3 comentarios
  1. i like this site so much!

  2. Pues me fui a husmear un poco en la Guía en cuestión y no puedo menos que pensar que esa gente está mal de la cabeza o que nos están tomando el pelo. No me gustaría ser el marido de la tal Eulalia, se me hace que la pobre debe ser insufrible. Hay un excelente artículo de Javier Marías al respecto, donde deja bien en claro que el término usado usualmente como genérico no es sexista, ya que no porque termine en «o» se refiere al género masculino, pero lamentablemente no tengo el libro aquí, conmigo; si lo encuentro te dejaré ell enlace.
    Un abrazo.

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