
Imagen extraída del artículo: ¡Hombres, a reprogramarse!, de ‘eldiario.es’
Se nos va de las manos. Todo. Odiamos a todos, todo lo criticamos. No hay un articulo en cualquier red social, por intrascendente, nimio, pueril, banal o jocoso que este sea, que no despierte a una legión de demonios dispuestos a pedir el descuartizamiento del autor del artículo, escudados por el anonimato y el atril que les permite tener voz en oratorios que de, de otra forma, no sólo les serían vetados, sino que ni conocerían.
Así, deseamos la muerte a los políticos (a todos, y a sus familias) que no nos dan trabajo, o nos lo quitan, o hacen que no lleguemos a fin de mes, que suba la marea en la tormenta o que no me dan una ayuda para permitirme trabajar sin cotizar. Esos políticos, perteneciente a una especie pseudohumana, cuyo último pensamiento antes de dormir es «a ver qué se me ocurre mañana para joder a este tío». Para aquél que esté buscando un motivo para odiarme, no me refiero al que merece o necesita una ayuda, pierde o ve rebajadas las condiciones de su empleo por una reforma laboral, etc. etc., sino al que culpa de todos los males de su vida a … ‘los otros’.
Criticamos a escritores, Académicos reconocidos de reconocido prestigio literario de los que no hemos leído no ya un libro, sino un artículo en un periódico, y los despellejamos por un ‘tuit’ de pocos caracteres, rebatiéndolo con un sinfín de disparates léxicos, ortográficos y gramaticales, y nos sentimos orgullosos de ‘a ver’ puesto el punto sobre las íes a tamaño personaje.
Lo peor de todos, es que seguimos arrastrando la maxima de «es verdad, porque está escrito», de cuando escribir algo significaba firmarlo y, con su autoría reconocida, responder por la información dada. Ahora, escuchamos a los chavales (y no tan chavales) opinar de personajes públicos, discutiendo sobre la drogadicción, excesos, ideas, … con la veracidad aseverada por ‘viene en internet’, o ‘me lo han pasado por …’ Sabido es que para publicar, copiar, reenviar, repetir, una información en internet es necesario previamente registrar en un Registro Intelectual el pensamiento a publicar, resumen, declaración de intenciones y relación de patrimonio y propiedades para atender a las posibles responsabilidades legales que pudieran imputarse a las consecuencias de dicho artículo.
Y, tras esta breve intro, ahora me apetece a mi rebatir este artículo sobre micromachismos de un prestigio diario, nada menos que El País, tras la reflexión de que también se nos está yendo de las manos. Y no me refiero a las justas vindicaciones que hoy, 8 de marzo, se celebran, sino a este rizar el rizo que nos hace a todos (y a todas) machistas, criticables y hasta deleznables. Evidentemente, no pretendo sentar cátedra con mis reflexiones: son notas con un puntito de ironía, y respondiendo al extremo del no todo, no todos, no siempre, y visto desde mi situación personal en la mayoría de los casos. Aquí unos botones:
— o —
He creído necesario explicar algo a una mujer sin que ella me pidiese explicación alguna.
Y a un hombre. Dile a tu amigo el fontanero que te está dando problemas la configuración de un router de capa 3.
— o —
He comentado a un amigo que se quedaba al cuidado de sus hijos: “Hoy te han dejado de niñera”.
Mi mujer le dice a sus amigas, cuando estoy arreglando el jardín: «Tengo un lío con el jardinero».
— o —
Le he preguntado a una mujer si “está con la regla” cuando me ha respondido con desgana o desaire.
Le he preguntado a un hombre si «ha perdido su equipo” cuando me ha respondido con desgana o desaire.
— o —
En una empresa o negocio, he preguntado a una mujer por el jefe dando por sentado que el jefe es un hombre y sin plantearme que puede ser ella.
En una empresa o negocio, he preguntado a un hombre por el jefe dando por sentado que la primera persona que me atiende no ha de ser obligatoriamente el jefe.
— o —
He dicho que yo “ayudo” en las tareas del hogar, asumiendo que el trabajo es de una mujer y yo estoy ayudando, no participando en igualdad.
Totalmente de acuerdo. Aunque, por ser puntilloso (y llevo casi 30 años de amo de casa, cocino diariamente y mejor que la mayoria de mis amigas), rara es la mujer que no me dice como tengo que organizarme en la cocina, porque los hombres no sabemos de estas cosas.
— o —
Asumo continuamente la heterosexualidad de las mujeres.
Asumo continuamente la heterosexualidad de los hombres.
— o —
No he hecho nunca la coleta a mi hija y ni siquiera concibo que la pueda llevar mi hijo.
Totalmente de acuerdo. Eso se cura cuando te salga un hijo como yo, que he llevado trenza de espiga más de una vez.
— o —
Entre amigos, solo propongo jugar al fútbol a los varones, dando por sentado que ellas no quieren jugar.
Entre amigos, solo propongo jugar al fútbol a los varones, dando por sentado que ellas no quieren jugar. Ellas no me proponen jugar al pádel, dando por sentado que prefiero encargarme del arroz (cosa que es cierto. Cuestión de conocer a tus amigos y a tus amigas).
— o —
Siempre delego en mi mujer la compra de ropa y los cuidados estéticos de nuestros hijos.
Mi mujer dice que no se me ocurre ir de compras sin ella, que soy un manirroto. Cosa que es cierta.
— o —
He preguntado a mi sobrina si ya le gusta algún chico.
He preguntado a mis sobrinos (plural genérico) si ya le gusta alguna persona.
— o —
He preguntado a alguna mujer que para cuándo los hijos cuando nunca se lo he preguntado a un hombre.
Totalmente de acuerdo. La de veces que me lo han preguntado.
— o —
He pagado de forma sistemática mis cenas con mujeres presuponiendo que es lo que se espera de mí. (De aquellos tiempos en que cenaba con mujeres …)
Por esta zona, lo normal es pelearse sistemáticamente con el que sea por pagar la primera. La siguiente te toca a ti.
— o —
He descrito a una mujer como “poco femenina”.
He descrito a un hombre como «poco masculino». O como «muy femenino». Es lo que tiene haber leído a Lord Byron.
— o —
He usado la palabra “provocador” para describir el atuendo de una mujer.
Y le ha encantado. Con lo que me ha costado, no es para menos. Y hemos celebrado nuestro aniversario como es debido.
— o —
He comentado que esas no son formas de hablar “para una señorita”.
Tío, hablas como un camionero (microcamionerismo).
— o —
En compañía de una mujer, he ocupado el sillón del piloto porque interpreto que es lo normal o un gesto de galantería.
En compañía de una mujer, he intentado que conduzca ella para poder tomarme una copa, pero no he conseguido convencerla.
— o —
He interrumpido el discurso de una mujer para seguir diciendo yo exactamente lo mismo que estaba diciendo ella.
No seré yo quién coma de ese plato.
— o —
He hecho el comentario «Sara es una mujer fuerte» dando por hecho que las mujeres son por lo general débiles.
¡Ay señor! He hecho el comentario «Sara es una mujer fuerte» dando por hecho que otra persona no sería capaz de resolver la situación como ella hizo.
— o —
Tengo mellizos y nada más nacer hice socio el Atleti a mi hijo y no a mi hija.
No sé si es peor lo que hizo o lo que no hizo.
— o —
Dejo a mi hijo adolescente salir hasta las 3 de la madrugada, pero a mi hija le obligo a venir antes de medianoche.
A las 10 los dos aquí, que hoy nos toca salir a nosotros. La comida del niño está en la nevera.
— o —
Nunca he hablado con mi hijo de feminismo.
Si ‘hijo’ es género neutro, de acuerdo. Si es ‘mi hijo varón’, habría que preguntar si se ha hablado con su hija sobre feminismo. Rara avis.
— o —
Soy el dueño de un local público y he puesto el cambiador de bebés en el cuarto de baño de mujeres.
No es micromachismo, es practicidad. Actualmente, (y desgraciadamente) la mayoría de los crios vienen con las madres. Alguna vez he visto el cambiador en el de caballeros, o en un acceso común (incluso en el de minusválidos, por cuestión de espacio), y he escuchado a alguna madre indignada por este motivo. Lo que hay que cambiar no es la ubicación del cambiador, sino el que sean las madres las que se ocupen del niño.
— o —
Invitado a comer en la casa de unos amigos, he felicitado a la mujer por la comida sin preguntar antes quién había cocinado.
Clama al cielo. Todo el día de compras y en la cocina, para esto.
— o —
Invitado a comer en la casa de unos amigos, me he dirigido al hombre para hacer preguntas sobre automóviles, dinero o deportes porque he deducido que a ellas no les interesarán esos temas.
Invitado a comer en la casa de unos amigos, he hecho preguntas sobre automóviles, dinero o deportes y ellas me han contestado que no les interesan esos temas. No es machismo, es que hay prioridades distintas según qué grupos (normalmente, una vez aclarado, suelo terminar en el grupo de las chicas, porque no me interesan dichos temas).
— o —
He presentado a una mujer por el cargo o la posición de su marido: «esta es la mujer de…», en vez de por su nombre y profesión.
En una reunión de compañeros de trabajo de mi pareja, yo soy «la pareja de …», que es a quién conocen. A nadie le importa a qué me dedico si no saben qué relación tengo con el grupo. Si dicen «este es David, el informático, suponen que vengo a arregalar el wifi». Y ya os estoy dando explicaciones que no habeis pedido, ni vosotras ni vosotros.
— o —
Soy camarero y siempre pongo la bebida alcohólica al chico y la bebida sin alcohol a la chica, sin preguntar quién ha pedido cada una.
ES verdad. Y la cuenta a mi. Mala puñalá te den
— o —
Soy camarero y siempre dejo la cuenta de la mesa al chico.
Me remito al punto anterior. En descarga del gremio, aún hay muchas parejas (y muchas chicas) que creen que es obligación de él el apoquine. Incluso he escuchado a alguna decir «esto (ella) hay que pagarlo». Sin comentarios.
— o —
Intentando ser amable, he llamado “guapa” o “niña” a una mujer a la que no conozco de nada.
En mi tierra, a ver si encuentas un supermercado y que la cajera no te pregunte: «¿parking, cariño?»
— o —
He dicho “no me lo habías pedido” cuando una mujer me ha recordado que no he hecho mi parte de las tareas de hogar.
No es mi caso. Otro tema es cuando no he hecho «las tareas que he pensado y no te he dicho porque tú deberías saber lo que he pensado», independientemente del sexo de la parte pensante.
— o —
Me he callado ante el comentario machista de un amigo.
He juzgado a una mujer por su forma de educar a sus hijos cuando no lo hago con un hombre.
He preguntado a una mujer cómo conjuga su vida profesional y su vida familiar, algo que jamás he preguntado a un hombre.
He comprado ropa de color rosa o muñecas a una niña sin consultar con sus padres (o con la propia niña) qué regalo deseaba.
Eso sí es machista.
— o —
En alguna ocasión he dicho a mi pareja: «¿Vas a salir así, sin maquillar?».
En alguna ocasión me he dicho mi pareja: «¿Vas a salir así, sin afeitar?». ¿A quién no le gusta que su pareja se acicale para gustarle, de vez en cuando?
— o —
Me refiero al conjunto de ciudadanos que buscan la igualdad como “las feministas”, en femenino, asumiendo que es una lucha únicamente reservada a las mujeres.
Me refiero al conjunto de ciudadanas feministas que asumen que es una lucha reservada únicamente a las mujeres.
— o —
He pronunciado alguna vez la palabra “feminazi”.
Sí. Hablando de entes que escudan en el feminismo su androfobia.
— o —
He pronunciado alguna vez las palabras “loca del coño”.
Y «loco de los huevos»
— o —
He hecho un favor a una mujer “por guapa”.
Me han hecho algún favor «por guapo» (siempre hay una maceta para un tiesto).
— o —
Trabajo en un centro público destinado a mujeres y he puesto únicamente revistas de moda y sociedad en la sala de espera.
He intentado encontrar «El amor en los tiempos del cólera» en mi peluqueria unisex, pero sólo encuentro revistas de moda y sociedad en la sala de espera. Y me hubiese dado tiempo a leerlo, a veces.
— o —
En una conversación sobre políticos, me parece normal hacer comentarios sobre el aspecto de ellas cuando no lo hago sobre el de ellos.
En una conversación sobre políticos, me parece normal hacer comentarios sobre el aspecto de ellos cuando no lo hago sobre el de ellas. ¿Vosotras no habláis del físico de los personjes públicos? No os creo; he sufrido alguna votación sobre Pedro Sánchez en alguna tertulia cafetera.
— o —
En la televisión disfruto con los presentadores ácidos y divertidos y las mujeres bellas.
No. Lo poco que disfruto lo hago con los presentadores simpáticos. De nuevo, mi amigo el plural genérico.
— o —
En la cama antepongo mi placer sexual al de mi compañera y no suelo preguntar por sus preferencias y necesidades.
En la cama antepongo mi placer sexual al de mi compañero y no suelo preguntar por sus preferencias y necesidades. Eso no es machismo, es egoísmo, y en todos lados cuecen habas.
Imagen extraída de: https://www.eldiario.es/interferencias/Hombres-reprogramarse_6_261833833.html
Tras unas semana de incertidumbre, un aguacero tras otro, alguna tormenta y una luxación de vértebras de mirar al cielo, el día amaneció tal como indicaba el parte de AEMET: algo de nubes, que fueron despejándose conforme avanzaba el día, vientos flojos, muuy flojos, y un solito estupendo para ponerse morenos y achicarrarse la nariz. Llegamos a Puerto Sherry sobre las 10.30 (HRB :P). Allí nos estaba esperando a bordo el de la empresa de chárter, Manuel, un tío muy simpático, para explicarnos con detalle el funcionamiento de todo el sistema: paneles de luces, baterías, agua, velas, etc. ¿Con qué conocimientos se sube la gente a un barco de ese tipo? Tal como nos iba indicando qué era y para qué servía cada cosa (cabos, velas, funcionamiento de los winches, etc) me estaba dando la impresión de que más de uno había alquilado el barco sin saber lo que era una driza, lo que me dio algo de seguridad: yo sabía incluso lo que era un puño de escota 😀
Tras la charlita, desayuno. Media hora para volver loca a la camarera, deglución y vuelta al muelle. Empieza la fiesta.
He intentado evitarte; ignorar que te necesito. Tampoco puedes tú evitarlo: aunque sea yo el que pague, me necesitas. Necesitas que te desnude, te limpie de cuanto te cubra y te haga sucia; que te desprenda de las huellas de las manos, de la pátina que queda en ti cuando eres usada. Quitaré de ti todo cuanto no seas tú y te haré nuevamente inmaculada.
Sin enchufes, esta vez no habrá cables ni nada eléctrico que te caliente. Suaves, con el recuerdo permanente de no arañarte, mis dedos recorrerán cada curva tuya. Una mano asirá tu cuerpo, y no podrás huir de mi otra mano, que meteré dentro de ti. Empezaré por tus labios redondos, deslizándolos entre mis yemas, apretando poco a poco hasta que apenas puedan deslizarse. Paulatinamente, aumentaré la cadencia y la presión. Mi mano aceitada resbalará por tus paredes untosas cubriendo cada centímetro, hasta llegar al fondo. La ayudaré con la otra, y entrambas removerán todo el fluido de tus paredes cavas cada vez más rápido, cada vez más fuerte, cada vez más flujo empapando mis manos.
Me deshago del látex manchado y, ya sin guantes, vuelvo a tocar tus paredes uniformes. No resbalan, el óleo usado ha desaparecido.
Por último, te baño con mi fluido viscoso. Es el fin. Caro me ha costado. Observo la medida que te inunda y, sin cuidado, cansado pero satisfecho, aprieto con fuerza la resistencia que te calentará. Esperaré hasta oír como te quejas y será el turno de mis huevos calientes, el momento en el que mis patatas, que aguardan pacientes bañadas en aguasal, van a ser fritas para acompañarlos.
Amiga freidora, me das más placer cuanto más me haces sufrir.
Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2013 de este blog.
Aquí hay un extracto:
Un tren subterráneo de la ciudad de Nueva York transporta 1.200 personas. Este blog fue visto alrededor de 5.000 veces en 2013. Si fuera un tren de NY, le tomaría cerca de 4 viajes transportar tantas personas.
Qué buenas tardes pasé leyendo a Ramón Gómez de la Serna. Reblogueo esto en su memoria:
Por fin, arreglé (me arreglaron) la guitarra. Pregunté en mi tienda de música habitual, y me recomendaron un luthier, Víctor Gómez Aragón, un tío formal. Es la cara opuesta al de Algodonales, el que me estuvo destrozando la guitarra durante dos años. Tuvo incluso un pequeño problema que le impedía terminar el trabajo en el plazo previsto, y me llamó para indicármelo y aplazar la entrega dos o tres días, cumpliendo el nuevo plazo sin problemas. Igualito que el otro, que me dijo quince días y al año y medio no estaba ni a medio terminar.
Estéticamente, la guitarra ha quedado para el arrastre: los bindings están teñidos, arañazos en el cuerpo y mástil, clavijas pintadas, trozos arrancados del diapasón, holgura en el asiento de la cejuela, cambios de color en el cuerpo y en la pala … Para dejarla bien, tendría que lijarla entera y volver a pintarla, con lo cual, entre los arreglos que ya llevo y el trabajo de pintura, me costaría reparar la guitarra el doble de lo que me costó.
En cuanto al sonido, Víctor me la ha dejado mejor de lo que venía de fábrica, que ya es decir; Tuvo que soldar toda la electrónica (el de Algodonales me la dio en una bolsita de plástico) y, por ejemplo, ahora los controles de volúmenes actúan relativamente sobre la posición del medio del selector de pastillas, permitiendo configurar qué cantidad de sonido quiero que entregue cada pastilla cuando selecciono las dos. En el seteo original, cada una actúa como volumen master.
Así que, en justicia, igual que no recomiendo a nadie que confíe en el primer ‘luthier’ ni el pito del sereno para su ajuste, recomiendo encarecidamente al segundo, que me ha sorprendido gratamente por su trabajo y seriedad.
Aquí os dejo una entrevista que encontré sobre él buscando su página, y su página de facebook, como publicidad gratuita.
Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2012 de este blog.
Aquí hay un extracto:
600 personas llegaron a la cima del monte Everest in 2012. Este blog tiene 6.700 visitas en 2012. Si cada persona que ha llegado a la cima del monte Everest visitara este blog, se habría tardado 11 años en obtener esas visitas.
Hace unos meses la UNED publicó y distribuyó entre sus alumnos la Guía de lenguaje no sexista.
No soy en absoluto machista, pero la lectura de este documento me ha hecho sentirme así, lingüísticamente. Sin entrar en polémicas sobre las distintas políticas de igualdad que llevan a cabo las administraciones, con las que a veces estoy de acuerdo y a veces no (me parece excesivo y contraproducente la discriminación positiva por cuestión de género y no de valía, por ejemplo), este documento me hace pensar si el celo y los recursos de la Oficina de Igualdad no podrían haberse empleado en otros trabajos, otras guías, o en otras guías, otros trabajos, siguiendo las directrices del citado documento.
Por lo dicho, proclamo:
El plural genérico no es género masculino, sino neutro ¡¡Demos entre todos el lugar que merece lo neutro!!
Ahora, para dar un discurso, tenemos dos opciones:
Se cuenta el número de asistentes, se divide por sexos (mucho, poco o
«lo normal», digoooo masculino o femenino), y se emplea el género adecuado
a la mayoría en el discurso (porque ahora no está bien utilizar el
género masculino/neutro como plural genérico, pero si el número de
asistentas es mayor que el de asistentes, se debe dar el discurso en
femenino).
O bien, utilizamos la siguiente fórmula:
Señores y señoras abogados y abogadas, si son mayoría los primeros o
señoras y señores abogadas y abogados si lo son las segundas. Mis
disculpas para los que no puedan o no quieran englobarse en cualesquiera
de los grupos anteriormente citados o citadas si son mayoría los
primeros, o citadas o citados si lo son las segundas.
Les ruego que, por unos minutos, dejen de devorar los canapés de salmón
y las tartaletas de queso si son mayoría los primeros o las tartaletas
de queso y/o los canapés de salmón si lo son las segundas, como ratas o
ratones si son mayoría las primeros o como ratones y ratas si lo son los
segundos …
Mañana, en segunda sesión, repetiremos el discurso, pero dirigiéndonos
primero a las señoras, tartaletas y ratones, y después a los señores,
canapeses y ratas, para evitar suspicacias, …
La semana que viene, reiteraré este breve discurso, dirigido a los que
no pueden o no quieren englobarse en los grupos anteriormente citados,
citadas (¡Dios, qué cruz!), pero que se sientan mayoritariamente
masculinos. En Octubre repetiré … femeninos …
Suyo/suya afectísimo/afectísima, o suya/suyo afectísimo/afectísima,
según el sexo de la mayoría de mis lectores, lectoras ….
Dos blogs de literatura, administrados por un buen amigo; el primero de ellos, recomendaciones sobre libros (uno al día), curiosidades y datos biográficos de su autor. El segundo, el mismo formato pero centrado en novelas de viaje.
Los libros de Pepe y Lápiz y Mochila.
Os recomiendo ambos.
Debido a un accidente que sufrió mi guitarra, y su posterior reparación, tengo desmontada mi guitarra, lo que me permite ver que las calidades que se suponía debía tener, las tiene, pese a los bulos y opiniones diversas que circulan por internet.
Aquí unas muestras:
En estas imágenes puede apreciarse que la tapa de arce no es una chapa delgada. Es una auténtica tapa tallada. En el centro, supera el centímetro de grosor. La pintura negra es metálica y hace de apantallamiento de las cavidades.
Pastillas Seymour Duncan Slash APD Zebra
Afinadores Wilkinson DeLuxe, tipo kluson
Detalle de la unión ‘long tennon’ mástil.cuerpo. Se puede ver el color distinto de la caoba del mástil y el arce de la tapa.
Hace años y medio, me permití el lujo de regalarme un caprichito: una guitarra que me tenía enamorao. No me hacía falta (tengo otras dos eléctricas) pero llevaba un tiempo que empezaba a ser largo en un período personal de apatía y necesitaba una inyección de ánimo, y me di donde más me gusta. La chulada en cuestión es una Epiphone Slash Les Paul Apettite for Destruction. En este post comenté las características del instrumento.
El caso es que, a los dos meses de comprarla se me rompió el talid tocando, y se cayó la guitarra. Al caer, se rompió el mástil casi a la altura de la unión con la pala. Bastante asustado ante lo aparatoso del accidente, y dando por perdida la guitarra, busqué en internet casos parecidos para encontrar a alguien que arreglara lo que me parecía imposible. Meses más tarde, hablando con otros guitarristas, supe que era una reparación bastante frecuente en este tipo de guitarras, de mástil encolado, y que su reparación es fácil y económica.
El caso es que encontré a un luthier en Algodonales (Cádiz). Me puse en contacto con él, y me aseguró que la guitarra quedaría mejor que nueva, en quince días. Me constaría 200 euros y ajustaría alma,trastes, apantallaría cavidades, … Nada de eso me hacía falte en una guitarra de la calidad de ésta, y nueva, pero me aseguraba que era necesario por las características de la reparación.
¡Quince días! De esto hace año y medio.
Después de múltiples llamadas, correos y cinco visitas a su taller para exigirle que terminara la reparación (cada viaje a Algodonales me costaba casi 30 euros en gasoil, y dos horas de carretera), me planté un día y dije que me traía la guitarra tal como estuviese. Le pagué lo que me dijo (50 euros), y me la traje. Y así estaba:
Para que no se notase la unión de los trozos rotos (que, ciertamente, están bien pegados), fue pintando un poquito más, un poquito más, hasta pintar todo el mástil, parte de la pala y la unión con el cuerpo. La guitarra está terminada en poliuretano translúcido color ‘cherry’, y él la pintó en nitrocelulosa color vino, opaca. Aquí puede verse la ‘delicada’ unión entre la pintura original y el pastiche, en la zona posterior de la pala.
En esta serie puede verse los restos de laca en los bindings, diapasón, trastes, así como diversos golpes y arañazos en el diapasón, al cual le faltan trozos de madera en algunos (bastantes) puntos. Las pastillas y clavijas de afinación también estaban llenas de pintura, pero he conseguido dejarlas más o menos bien. Una de las clavijas Kluson está dañada por la acción de los disolventes:
Por último, la unión del mástil con el cuerpo. Puede verse el color translúcido del cuerpo, el color opaco del mástil, los arañazos en el mástil (voy a tener que lijarlo entero, está intocable) y la zona en el cuerpo donde se mezclan las dos pinturas. Esto ya casi no se nota, porque un tío mío, charolista, lo ha quitado un poco de la pintura nitrocelulósica. Intentando evitar que no se note el arreglo en un área de unos 3 cms. cuadrados, me ha dejado toda la guitarra a parchetones.
En este tiempo, he participado en algún taller de luthería, y he conocido a algunos profesionales de verdad, lo cual me ha dado más coraje; Cualquiera de ellos me lo podría haber arreglado por mucho menos dinero, y en una semana. En total, con los gastos, me ha costado la ‘reparación’ 200 euros, 5 tardes de trabajo perdidas y un número indeterminado de cabreos, y ha tardado 15 meses. Ni que decir tiene que toda la electrónica, tornillería, herrajes, … lo tengo metido en una bolsa; cuando termine la carpintería, tendré que llevarla a un luthier de verdad para que la monte, suelde, ajuste, octave, etc. Un trabajo fino.
Otro blog original: Viva. Escribe lo que se te pase por la cabeza, que alguien se encargará de decirte que estás equivocado, o no. Buen humor y genialidad.
He descubierto este sitio por casualidad, como casi todo lo bueno. Aún no podido más que leer algunas líneas, y mirar (y admirar) las cabeceras y algunas ilustraciones, que me han parecido fantásticas.
Es una idea que tenía hace tiempo, así que debía ser buena, cuando me la han copiado. Se me han adelantado, jaja, y he llegado tarde para participar. Será la próxima.
Piden que difunda la micronovela por la blogosfera y yo, que soy muy bien mandado, eso hago.
Ahí os lo dejo.
;Todos los nombres y situaciones que aparecen en este post son ficticios. Todos los derechos reservados
Javier. Era callado hasta que dejaba de serlo, momento en que se volvía extremadamente locuaz, hasta aburrir. Le costaba abrirse a la gente, lo cual es perfectamente entendible, porque era la persona a la que, si algo puede pasarle, le pasa.
Un ejemplo: Había un local cercano a nuestra oficina, en el que parábamos de vez en cuando a tomar una copa. Por la asiduidad, teníamos cierta confianza con la camarera del garito, una chica la mar de mona y simpática, que es como decir de forma educada que estaba buena para rabiar. La chica solía tratar a Javier con cierta deferencia, lo que a cualquiera le hubiera dado alas para meter cuello, y a Javi le amarraba las poquitas que tenía como a un pavo navideño.
Una noche que allí estábamos observamos que un cliente habitual, ya madurito y sensiblemente ebrio, molestaba a la camarera y al resto de la parroquia, tirando algunas copas y dando empujones debido a su inestabilidad manifiesta. La chica, harta ya de la situación, le conminó airada a que saliera del local, cosa que el ínclito hizo con premura, azorado. Leer más…
Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un reporte para el año 2011 de este blog.
Aqui es un extracto
Un teleférico de San Francisco puede contener 60 personas. Este blog fue visto por 3.000 veces en 2011. Si el blog fue un teleférico, se necesitarían alrededor de 50 viajes para llevar tantas personas.